domingo, 21 de febrero de 2010

.Onírico.


.Onírico - Décimo.
[En sueños,se habla solo...]

...El joven llegó nuevamente a esa tierra extraña.Esa tierra inhóspita y sombría,adornada apenas con algunos destellos amarillos de las estrellas y con los molestos focos altos de los malditos conductores imprudentes que manejaban por aquella ciudad.
La gente caminaba con miedo sus rutas habituales,sin siquiera notar la presencia de los otros seres humanos que pasaban al frente de ellos.Huyendo del exterior y corriendo desesperadamente contra un reloj que no existía.
No sólo los desiertos son lugares solitarios,pensó el joven.-Aunque este todo aquí,no es un lugar habitable para ningún ser.
El joven camino su trayecto habitual a su hogar,pensando en estas cosas y escuchando Nocturnas de Chopin,pero esa noche decidio hacer una ruta diferente y caminar hasta una plaza cercana.Estaba cansado de pensar,de su rutina y de aburrirse enorme y eternamente.De sufrir cada momento en que el reloj no avanzaba para llegar a las ocho,aunque tampoco tuviese apuro o motivo para llegar a su hogar.
-La oficina no es un lugar para mi...-Se decía el joven en murmullos.-el ruido de los teléfonos,los gritos de mis colegas contra las funestas impresoras,las sobreexigencias de un jefe de mierda.¡Y para más remate la chica que se sienta al lado de mi espacio cuadrado resulto ser la reina de las chillonas,la diosa de chismosas y la fanática empedernida del teléfono! Que mujer más inconsciente.Quiero dejar de pensar en esas estupideces,pero no puedo.Vivir a diario con tantas...molestias es verdaderamente desagradable.-Suspiró.Guardo silencio por un momento y se detuvo.Saco un cigarrillo Lucky Strike,lo encendio y fumo tranquilo.-¿Por qué será que cuando más nos envenenamos más nos tranquilizamos?-Se preguntó.
Continúo caminando y llegó finalmente a la plaza.Su reloj del celular indicaban las nueve y media.Era Julio,así que había un poco de neblina en las calles.Hacía frío,pero no demasiado.
El joven buscó un asiento que estuviera en un lugar ni muy iluminado y ni muy oscuro.Después de vagar durante diez minutos dío finalmente con la locación idónea.Se relajó y miro hacía el cielo.-Qué trizte es no poder ver las estrellas.Con esas nubes como ballenas volando y con esa luna hermosa brillando,sería un espectaculo más que maravilloso.-Se dijo.Encendió otro Lucky Strike y cerró los ojos.Se concentró en el sonido del viento que acariciaba las hojas de los árboles, y pensó en el agua cuando fluye por entre las manos.Se imagino a sí mismo en un desierto y se sintío como si nada cambiara.Contempló el vacío de su existencia y se quedo ahí.
Pasó una hora quizás hasta que una joven se acercó y se sentó al lado de él.

-No te molesta mi presencía,¿verdad?-Le preguntó la joven.
-No veo por qué deba hacerlo.Pero no entiendo,si le preocupa eso ¿Por qué se sentó aquí?.-Le preguntó el joven.
-Es que no me gustan los lugares muy iluminados,pero tampoco muy oscuros.Hace un rato estaba buscando un lugar,pero el único lugar que había estaba ocupado por usted.Esperé a que se fuera,pero al parecer no se irá en un buen rato,así que me dije que sería una estupidez sentarme en otro lugar,siendo que son estos los lugares que más me gustan.
-Comprendo.-Asintío.
-¿También te gustan los lugares así?
-Si.Nunca me ha gustado ir demasiado a un extremo u al otro.
-Me pasa igual.-Sonrío la joven.

Durante un momento guardaron silencio.El joven saco el último cigarrillo que le quedaba y lo encendió.

-¿Te molesta si fumo?-Le preguntó.
-Ya estás en ello.-Le dijo la joven sin prestarle demasiada atención.

El joven apago el cigarrillo recién prendido y lo guardó en la cajetilla.

-¿Por qué lo apagaste?
-Porque a usted seguramente le debe molestar el humo.
-Ya veo.Pues tiene razón,me enferma el humo del tabaco.Te agradezco que lo haya apagado.
-No hay problema.
-¿Por qué le preocupa si me molesta o no el humo?
-¿Por qué me pregunta eso?
-No lo sé.
-Pues yo tampoco sé porque me preocupa.Supongo que no quiero que se aleje de aquí.Esta ciudad es como un desierto lleno de vidas que son ajenas la una de la otra.
-Eso me suena compromiso,¿sabe?
-¿Compromiso? Nada de eso,no me malinterprete.
-La verdad es que yo tampoco quiero que usted se vaya.Es raro encontrar a alguien que le preocupe sin siquiera conocerme.-Sonrió la joven.
-Lo siento.
-¿Por qué te disculpas? No es nada malo,tonto.-Le dijo,riendo con serenidad.-Sabes lo que podría hacer? Podría dejar de tratarme de usted y podría decirme su nombre,no parece un viejo y yo tampoco lo soy.
-Supongo que tiene razón,pero si le digo mi nombre usted también deberá dejar de tratarme de usted.-Dijo el joven.
-Es un trato.-La joven le dio la mano y luego agregó.-Mi nombre es Alicia y tu te llamas...
-Dante.
-¿Dante? ¿Cómo Dante Alighieri de "la divina comedia"?
-Supongo que sí.Mis padres acostumbrabán leer bastante.Supongo que Alicia debe ser por lo mismo.
-Seguramente.-Sonrío.-Qué extraño es todo esto.Muchas coincidencias curiosas.
-Si es verdad.Es un poco gracioso.

Alicia se levanto de la banca y le dijo a Dante:

-Se me hace tarde,mis gatitos deben estár maullando muertos de hambre los pobrecitos.¿Estarás aquí mañana en el mismo lugar?
-Claro,hace tiempo que no me gusta volver temprano a casa.
-Te comprendo,aunque no tengo tanta libertad como para dejar a mis animalillos.Espero verte.Mañana tendremos más tiempo para hablar.¿OK?
-Está bien,cuídate entonces Alicia.
-Tu igual,adiós.

Partio la Alicia corriendo a su casa.
No todo está perdido,pensó Dante.-Quizás hayan personas en este desierto.Pero aún se siente esa soledad asfixiante.-Se decía.Miró la cajetilla de cigarrillos y se dijo a si mismo.-Quizás debería dejar de fumar...

(Continuará,se supone...)